Hace 52 años, Cuba se declaró libre
de analfabetismo
Por
María Cristina Rodríguez Castellanos
El
acceso al conocimiento es una necesidad inobjetable del ser humano para ser más
libre y llevar una vida que le permita un mayor contacto con el mundo que le
rodea de una manera consciente. De esa forma se origina una interrelación
intrínseca, necesaria para el desarrollo de la mente humana a la que todos
tenemos derecho.
Posibilita
además, una participación activa dentro de la sociedad que contribuye a su
evolución más acelerada, de acuerdo con el ingenio y los propósitos que desea
alcanzar el hombre, en el sentido genérico, ya que la mujer es también un ente
activo en dicho proceso que exige su comienzo desde la infancia y no tiene
límites de terminación, sólo hasta que cesa la vida.
Los
analfabetos pasan por la amarga experiencia de ser marginados dentro de la
propia sociedad, donde viven y no tienen ninguna oportunidad, a pesar de contar
con ingenio y dotes naturales que harían más rico y dinámico el proceso
evolutivo del mundo con una participación plena y productiva, dándoles el
derecho que les pertenece.
En
Cuba, mucho antes del de triunfo revolucionario, en lugares de las serranías
donde combatían, la guerrilla inició una tenaz lucha por ofrecer a los
habitantes de los alrededores donde se encontraban la posibilidad de
alfabetizar a la población de las zonas bajo su control, por ejemplo en la
Sierras, Maestra, Cristal y en el Escambray.
Luego
del Primero de Enero de 1959, uno de las principales metas que se trazó el
gobierno revolucionario fue luchar contra el analfabetismo. El 26 de septiembre
de 1960, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz anunció en la Asamblea General
de las Naciones Unidas que Cuba sería el primer país en América que no tendría
ni un solo analfabeto.
La
Campaña Nacional de Alfabetización que se llevó a cabo en nuestro país fue de
alcance nacional, impulsada desde el 1960 al 1961 por el Gobierno cubano para
reducir el analfabetismo y aumentar el porcentaje de población escolarizada. La
operación redujo el analfabetismo desde un porcentaje superior al 20 por ciento
en 1958 al 3,9 por ciento en 1961, que fue proclamado como "Año de la
Educación".
Si
abordamos, la Constitución de Cuba de 1940, el sistema educativo lo
identificaba las grandes desigualdades en el acceso a los recursos y
oportunidades educativas, sobre todo en los sectores más pobres donde eran
nulas prácticamente.
La
Campaña en Cuba demostró que la alfabetización de un pueblo, tanto como el
hecho educativo constituye, un acontecimiento y el éxito depende de la
participación masiva y unánime de todas las organizaciones y los sectores de la
población.
Por
medio de brigadas de voluntarios que se desplazaron en el país, se estableció
el centro de la campaña para realizar la labor de alfabetización. Estas usaban
como material el manual Alfabeticemos y la cartilla Venceremo.
Los
tres años de Revolución, 1961, fue determinante en la historia del pueblo
cubano. A la proclamación del carácter socialista de la Revolución, la victoria
de Playa Girón y otros importantes acontecimientos se le sumó la Campaña de
Alfabetización. El 22 de diciembre de 1961, Cuba fue proclamada territorio
libre de analfabetismo.
Desde
el poder de los revolucionarios se pusieron en práctica diversas medidas con el
objetivo de eliminar el analfabetismo, entre ellas, se crearon cerca de 10 mil
aulas nuevas y se incrementaron los maestros de las zonas rurales.
Se
organizaron las Brigadas Conrado Benítez, cuyo nombre procede de un voluntario
que fue asesinado. Estas brigadas estaban compuestas por estudiantes, con
edades de entre 10 y 19 años. Para integrarlas se necesitaba la autorización de
sus padres. Se les equipó con un uniforme especial, ropa, una manta y una
lámpara de aceite con la que podrían viajar por el campo de noche, estas
lámparas llegaron a convertirse en el símbolo de las Brigadas.
La
experiencia no estuvo exenta de riesgos: los jóvenes fueron objetivo de los
contrarrevolucionarios y 10 de ellos fueron muertos, entre los que se
encontraron el estudiante Manuel Ascunce Domenech y el hombre en cuya casa se
alojaba, Pedro Lantigua. También se crearon otras brigadas, como las
"Brigadas Patria o Muerte.
El 22 de diciembre de 1961, el
Gobierno expuso cumplida con éxito la Campaña Nacional de Alfabetización y declaró
a Cuba, en la Plaza de la Revolución José Martí, como territorio libre de
analfabetismo.
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